07 2018

Diabetes: edulcorantes y estrategias de uso

Salud cardiovascular

La diabetes es una enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por la presencia de niveles altos de azúcar en sangre. Después de comer, el organismo transforma los alimentos en glucosa y otros nutrientes, que pasan a la sangre. En tanto, el páncreas produce insulina, una hormona que permite que la glucosa entre a las células y sea usada como energía. Si la insulina no está o el cuerpo no la puede utilizar adecuadamente, la glucosa se acumula en la sangre. Con el devenir del tiempo, esto puede causar problemas en diferentes órganos, enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares.

En términos generales, las personas que tienen diabetes deben reducir el consumo de hidratos de carbono y azúcares simples, pero hay algunos aspectos importantes a tener en cuenta.

Una de las formas de reducir la ingesta de azúcares simples -presentes en mermeladas, miel, azúcar de mesa, jugos y refrescos- es usar productos que contengan edulcorantes no calóricos. Es importante tener en cuenta que todos los edulcorantes comercializados en nuestro país están aprobados por diferentes instituciones nacionales e internacionales y son seguros. Estos son sucralosa, ciclamato, sacarina, aspartamo, acesulfame K y estevia.

Los que se encuentran en el mercado pueden contener uno de ellos o mezclas,
y son combinados con excipientes. Esto hace que todos tengan diferente capacidad de endulzar. Por ello, se debe observar en cada uno cómo es la conversión al sabor del azúcar, para usarlo adecuadamente.

Otro aspecto importante es comprar el edulcorante de acuerdo a su finalidad; si es para cocciones tipo muffins, tortas y budines es recomendable usar productos que toleran altas temperaturas, como la sucralosa y la estevia.

Por otra parte, las personas que tienen diabetes deben controlar la ingesta de los alimentos que contienen almidón, como papa, boniato, arroz, polenta, pasta, pan, galletas, legumbres, etc. Siempre que se consumen deben estar acompañados por alimentos con fibra, como vegetales, ya que ésta hace que los almidones se digieran más lento, lo que evita los picos glicémicos.

 

Fuente: Guía de alimentación Cardiosaludable. Lic. Virginia Natero. Cardiocentro, 2018.